Pasión lectora

"La chica que va leyendo frenta a mí en el metro sólo despega la vista de las páginas para comprobar por qué parada vamos, o para retener mejor alguna imagen, o darle vueltas a una frase que le ha impresionado.[...] Ha forrado el libro porque tal vez se lo han prestado y no quiere estropearlo, o puede que para ella sea un acto tan íntimo que prefiera proteger la identidad de la obra y el autor y, de paso, sus propios gustos. Precisamente, de gustos se trata. Hasta que una obra entra en los manuales de literatura primero tiene que pasar por el proceso del simple gustar, de atrapar a alguien que lo va leyendo con el traqueteo del autobús o en un bar lleno de ruidos. Incluso andando por la calle [...] Y es que a quien le gusta leer de verdad, lee por cuatro y encuentra la forma de hacerlo aun a riesgo de pegarse un buen tropezón.
[...] Yo sacaría la novela que llevo en el bolso y me pondría a lo mío, pero me siento intrigada por lo que lee ella[...]"
Clara Sánchez, El País, 31/10/2006

Recuerdo que cuando leí este artículo me sentí totalmente identificada con su autora: siempre me había gustado saber qué leían los demás cuando me los encontraba en cualquier lugar. Es por ello que empecé a fotografíar a la gente leyendo allí donde me los encontrase, no sé si por curiosidad o por demostrar que en un país del que se dice que la gente no lee, es una verdad a medias.
Creo que en el fondo todos deseamos que nos dejen leer, como sea, pero que nos dejen.




1 comentarios:

Ronsel dijo...

Volvemos coincidir: eu tamén curioseo as lecturas dos demais! Saúdos